viernes, 25 de septiembre de 2009
[U3]"Sastrería de calidad a la oficina y online"
Dos jóvenes ingenieros apostaron por los trajes a la medida, modelo de negocios que fue inspirado después de un viaje a Asia.
MATÍAS INFANTE M.
"En otros países no existen las tallas estándar. A eso queremos llegar", dice Matías Sjögren, uno de los socios de Fit on It, empresa dedicada a sastrería a la medida. "Cuando usas un traje hecho a la medida es otra cosa, se nota a primera vista", manifiesta Rafael Concha, socio también. "Tu personalidad y autoestima cambian. Nunca más piensas en volver a ponerte uno de multitienda", dice Sjögren.
Así transcurre el quehacer de estos dos jóvenes emprendedores: entre la empresa y la moda, la plata y la estética. Ambos ingenieros civiles y también compañeros de colegio, tenían una promesa mutua: hacer un negocio juntos. Luego de un viaje de Sjögren a Asia -en donde vio cómo hasta en los pueblos más ignotos de Vietnam había lujosas sastrerías- decidieron lanzarse en Chile.
El capital inicial consistió en ahorros de ambos. "No es fácil que la gente se atreva a hacerse un traje a la medida. Nos costó en un principio que confiaran en nosotros, y eso que allá en Asia los trajes los mandas a hacer en el aeropuerto y te los tienen listos en unas pocas horas", comenta Sjögren. "En otros lados es algo masivo, todo el mundo se manda a hacer ropa. Y lamentablemente en Chile la gente tiene la noción de que mandarse a hacer un traje resulta caro y malo", agrega Concha.
Ese fue el primer año. Doce meses de aprendizaje, de muchos ajustes y retoques de costurería en su estrategia y también en sus productos. Pero han aprendido del rubro, y hoy dicen estar en condiciones para competirle a cualquiera. Facturaron cerca de $50 millones en 2008 -que en gran parte han reinvertido- y quieren seguir creciendo este año.
Sólo este mes fabricaron 40 trajes. Sus precios van entre los $130 mil y los $300 mil, según la tela elegida. Quieren llegar a ser los principales proveedores de las más importantes instituciones financieras en Santiago. Por el momento, han concretado convenios con instituciones como Bci, el B. Security y Celfin Capital.
Además, implementaron en su página web (www.fitonit.cl) una aplicación única en Chile: pedidos por internet. La idea es que el cliente haga la solicitud desde su escritorio sin la asistencia de un sastre.
Las prendas se envían a Asia para su confección, con telas traídas desde Europa (Italia e Inglaterra, principalmente) e India, y en Chile se efectúan los retoques finales a cargo de sastres profesionales.
MATÍAS INFANTE M.
"En otros países no existen las tallas estándar. A eso queremos llegar", dice Matías Sjögren, uno de los socios de Fit on It, empresa dedicada a sastrería a la medida. "Cuando usas un traje hecho a la medida es otra cosa, se nota a primera vista", manifiesta Rafael Concha, socio también. "Tu personalidad y autoestima cambian. Nunca más piensas en volver a ponerte uno de multitienda", dice Sjögren.
Así transcurre el quehacer de estos dos jóvenes emprendedores: entre la empresa y la moda, la plata y la estética. Ambos ingenieros civiles y también compañeros de colegio, tenían una promesa mutua: hacer un negocio juntos. Luego de un viaje de Sjögren a Asia -en donde vio cómo hasta en los pueblos más ignotos de Vietnam había lujosas sastrerías- decidieron lanzarse en Chile.
El capital inicial consistió en ahorros de ambos. "No es fácil que la gente se atreva a hacerse un traje a la medida. Nos costó en un principio que confiaran en nosotros, y eso que allá en Asia los trajes los mandas a hacer en el aeropuerto y te los tienen listos en unas pocas horas", comenta Sjögren. "En otros lados es algo masivo, todo el mundo se manda a hacer ropa. Y lamentablemente en Chile la gente tiene la noción de que mandarse a hacer un traje resulta caro y malo", agrega Concha.
Ese fue el primer año. Doce meses de aprendizaje, de muchos ajustes y retoques de costurería en su estrategia y también en sus productos. Pero han aprendido del rubro, y hoy dicen estar en condiciones para competirle a cualquiera. Facturaron cerca de $50 millones en 2008 -que en gran parte han reinvertido- y quieren seguir creciendo este año.
Sólo este mes fabricaron 40 trajes. Sus precios van entre los $130 mil y los $300 mil, según la tela elegida. Quieren llegar a ser los principales proveedores de las más importantes instituciones financieras en Santiago. Por el momento, han concretado convenios con instituciones como Bci, el B. Security y Celfin Capital.
Además, implementaron en su página web (www.fitonit.cl) una aplicación única en Chile: pedidos por internet. La idea es que el cliente haga la solicitud desde su escritorio sin la asistencia de un sastre.
Las prendas se envían a Asia para su confección, con telas traídas desde Europa (Italia e Inglaterra, principalmente) e India, y en Chile se efectúan los retoques finales a cargo de sastres profesionales.
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Primavera 2009,
Semestres Pasados,
Unidad 03
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