Mientras algunos estudiosos definieron la Web 2.0 como aquella que nació a comienzos de siglo con la efervescencia punto com y la interactividad como sustento, algunos ya acuñan el término 3.0 para la próxima y que según muchos ya está en desarrollo. Una en que los sitios, los vínculos, los medios y las bases de datos, son “más inteligentes” y capaces de trasmitir automáticamente más significados que los actuales.
Victoria Shannon Justo cuando las ideas sobre la Web 2.0 comienzan a incorporarse a la corriente, el grupo de cerebros tras la World Wide Web ha comenzado a trabajar en lo que podría terminar llamándose Web 3.0. “En 20 años más miraremos hacia atrás y diremos que éste fue el período embrionario”, dijo Tim Berners-Lee, quien estableció el lenguaje de programación de la web, en 1989, con colegas del CERN, el instituto de ciencias europeo. “La web se hará más revolucionaria”, dijo a los delegados, en la apertura de la XV Conferencia anual de la World Wide Web. Aunque Berners-Lee es reacio a emplear el término Web 2.0 (un modismo de Silicon Valley para describir a la Internet desde la irrupción de los punto com a inicios de siglo), dice que ve un nivel de vigor nuevo en la red. Para muchos en el mundo de la tecnología, Web 2.0 significa una Internet que es aún más interactiva, personalizada, social y mediáticamente intensiva (por no mencionar lucrativa) que la de hace una década. Es un cambio visible en bases de datos mediales de múltiples niveles, como Google Maps, programas de software que operan al interior de los browsers de Web como el amistoso procesador de palabras Writely, foros comunitarios de alto volumen como MySpace y las así llamadas herramientas sociales de búsqueda como Yahoo Answers. Pero los especialistas en softwares, los ejecutivos tecnológicos y los emprendedores que asisten a la conferencia de Edimburgo, buscan más allá de eso, centrándose en otra (aunque menos amistosa hacia el usuario) consecuencia: la web semántica, otra creación de Berners-Lee. En esta versión de la web, los sitios, los vínculos, los medios y las bases de datos, son “más inteligentes” y capaces de trasmitir automáticamente más significados que los actuales. Por ejemplo, dijo Berners-Lee, un portal que anuncie una conferencia incorporaría también una cantidad de información relacionada. Un usuario podría pulsar un vínculo y transferir inmediatamente la hora y la fecha de la conferencia a su calendario electrónico. La ubicación (dirección, latitud, longitud, hasta quizás la altura) podría ser enviada a su equipo GPS y los nombres y biografías de los otros invitados podría mandarse a un listado de mensajes instantáneo. En otras palabras, el lenguaje de acceso de cada página web podría ser referido a otras innumerables bases de datos, una vez que los diseñadores se pongan de acuerdo en un conjunto común de definiciones. Adoptar los componentes Muchos de esos fundamentos han sido establecidos durante los últimos años por el World Wide Web Consortium, un grupo técnico de estándares y políticas dirigido por Berners-Lee. Ahora corresponde hacer el esfuerzo de activar a los diseñadores de web para que adopten los componentes y los lleven a softwares, servicios y sitios, dijo Nigel Shadbolt, profesor de inteligencia artificial en la universidad de Southhampton, Inglaterra. “Hay un lugar obvio para la web semántica en las ciencias de la vida, en la medicina, en la investigación industrial”, dijo Shadbolt, y allí es donde mayoritariamente se concentra hoy. “Estamos buscando comunidades de usuarios de información para mostrarles los beneficios”, dijo. Agregó que la gran pregunta es si luego pasará a los negocios y a los consumidores. Una consecuencia de una Internet abierta y difusa, resaltó, es que pueden surgir resultados inesperados de lugares imprevistos. Por ejemplo, algunos experimentos tempranos en “semanticismo”, que ponen de relieve nuevas relaciones en los actuales datos de web, han provenido de Flickr, una sitio de intercambio fotográfico regulado por sus propios miembros, y de FOAF (por “amigo de un amigo”), un proyecto de investigación para describir los diversos vínculos entre las personas. Ambos añaden “significado” donde tal contexto no existía antes, simplemente por la vía de cambiar la programación subyacente para reflejar vínculos entre las bases de datos, dijo Shadbolt. Web semántica Patrick Sheehan, socio de 3i Investments, compañía de capital de riesgo basada en Londres, dijo que las inversiones están empezando a seguir el período de “cielo despejado” de los grandes sueños de la web semántica. Este año, su compañía financió los primeros pasos de dos empresas de este tipo, ambas en Gran Bretaña. “Ahora se puede decir web semántica sin recibir de vuelta una mirada totalmente inexpresiva”, dijo Sheehan, agregando haber visto “varias, si no cientos” de propuestas. “La tecnología todavía proviene en su mayor parte de las universidades. Pero estas compañías son reales, resuelven problemas: no están haciendo sólo investigación”. Garlik, basada en Richmond, Inglaterra, que cuenta como presidente a Mike Harris, el ejecutivo jefe del banco en línea Egg, aspira a usar la programación semántica para administrar información personal en línea. No es que todos coincidan, pero Berners-Lee, cuyo trabajo en CERN se inspiró en un deseo de compartir trabajos de investigación entre los físicos, ve sólo dos versiones distintivas de su web: la web de los documentos, que surgió en la década de 1990, y la web de los datos, que será el resultado de los lenguajes de programación semántica. “La gente sigue preguntando qué es la Web 3.0. Creo que la web semántica será profunda. Con el tiempo, será tan obvia como obvia nos parece hoy la web”, dijo Berners-Lee. © International Herald Tribune (The New York Times Syndicate) Fuente: www.lanacion.cl |
Consideré que era importante ver el alcance que va a tener la web 3.0 por los beneficios que se trataron en clases como la incorporacion de la semántica, es decir, incluir el significado segun el contexto en que se necesite....todo ésto se encuentra explicado mas en detalle, dentro de las distintas opiniones en el articulo.
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